(En la parte inferior encontraréis el vídeo íntegro del Acto y una selección de imágenes)
El Club Tocqueville, en colaboración con la Societat d’Estudis Econòmics, organizó el 5 de abril de 2018 un diálogo con el hispanista Sir John H. Elliott en el auditorio de Foment del Treball. El acto sirvió como presentación en sociedad del Club Tocqueville.
Antes de que tomara la palabra el Regius Professor de la Universidad de Oxford, Valentí Puig, presidente del Club Tocqueville, se dirigió a los ponentes para explicar que el Club nace con una finalidad constructiva: renovar el lenguaje de la vida pública y ofrecer ideas a la sociedad catalana. Las actividades del Club pretenden ser una reflexión en voz alta en esta Cataluña que vive tiempos convulsos, peligrosos e irresponsables.
Excepcional conocedor de la historia de Cataluña, la figura de Sir John H. Elliott fue magistralmente glosada por Xavier Gil, antiguo discípulo en la Universidad de Princeton y actualmente catedrático de Historia de la Universitat de Barcelona.
El diálogo con el profesor Elliott, conducido por el catedrático de Historia Moderna y rector de la Universitat de Lleida Roberto Fernández y la profesora de Historia del Derecho de ESADE Elia Marzal, se inició evocando las circunstancias de la Guerra dels Segadors. Sir John aclaró que no fue un intento de independencia, puesto que se vivía en una monarquía compuesta, sino una revuelta contra el Conde-duque de Olivares, quien creía que Cataluña era más rica de lo que era en realidad y exigía mayores contribuciones para sufragar la guerra contra Francia.
Con su tono pausado y un castellano excelente, y ante un auditorio de casi 400 personas, Sir John explicó que la sociedad catalana de entonces sufría grandes divisiones y reconoció que estas divisiones siguen presentes hoy día. El hispanista también advirtió de los riesgos del excepcionalismo y el diferencialismo, precisamente las obsesiones del historiador nacionalista. Para evitar esta tentación, defendió huir de imposiciones ideológicas y prestar atención al estudio de la historia comparada. Ella nos da la oportunidad de comprender que las tensiones, las disputas y los conflictos no son exclusivos de nuestras sociedades. El espejo de la comparación permite un conocimiento mejor de lo propio.
En su última obra, que se publicará en los próximos meses, el profesor Elliott realiza una comparación entre Escocia y Cataluña. Durante el diálogo subrayó la principal diferencia: Escocia fue independiente durante siglos, mientras que Cataluña pertenecía a la Corona de Aragón. Para evitar los falsos mitos, insistió en que todas las generaciones tienen la obligación de revisar críticamente su historia. Por otra parte, mientras el gaélico ha desaparecido de la vida escocesa, la lengua catalana pervive y según los historiadores románticos constituyó el elemento esencial de la identidad de Cataluña. Otra diferencia es la participación escocesa en el auge del imperio británico, mientras que Cataluña no estuvo presente en el Imperio de las Indias hasta el siglo XVIII. Su implicación resultaría clave en el siglo XIX, cuando la burguesía catalana dominó la economía cubana.
Sir John también se refirió al presente y aunque prefirió no ahondar demasiado en el momento que “sufrimos” los catalanes, sí explicó que los actuales nacionalismos son el nuevo populismo. Lamentó, por ejemplo, la eficacia del eslogan de los partidarios del Brexit (“take back control”). El anhelo por recuperar una añorada soberanía y el control del destino, aunque ideas seductoras, le parecen peligrosas, puesto que son irreales en un mundo transnacional, interconectado y de grandes colaboraciones.
El profesor Elliott, que acoge generoso a todos los jóvenes españoles que en Oxford le piden consejo y apoyo, se despidió del auditorio recordando la Constitución española del año 1978, un ejemplo de compromiso en un momento de suma dificultad, y lamentó que las nuevas generaciones no entiendan la dificultad de la transición y los equilibrios conseguidos.
Sir John Elliott es un clásico no sólo entre los hispanistas, sino también en el oficio de historiador. Siguiendo a su maestro Jaume Vicens Vives, se ha propuesto siempre, desde un profundo amor a España y Cataluña, desmitificar la historia y acercar las realidades. En Haciendo Historia nos recuerda que “ni el síndrome del pueblo escogido ni el síndrome de la víctima inocente son propicios para escribir buena historia.” El ejemplo de su rigor intelectual y su sabiduría fueron el mejor inicio que podían tener las actividades del Club Tocqueville, una muestra de la excelencia intelectual que favorece el intercambio de ideas y no la confrontación de identidades.
NÚRIA GONZÁLEZ CAMPAÑÁ, doctoranda en la Universidad de Oxford. Miembro de la Junta del Club Tocqueville.
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