Ed. Gota a Gota, 232 pp. (2022)
Ángel Rivero es probablemente uno de los historiadores de las ideas políticas más relevantes de nuestra época y, sin duda alguna, uno de los mayores conocedores del pensamiento liberal del siglo XIX. Por ello su reciente ensayo sobre Benjamin Constant es de por sí una buena noticia. Pero además, dado el perfil del autor, buen conocedor también de la política actual y del riesgo que suponen los populismos para las democracias liberales, su estudio adquiere mayor valor. Constant vivió en un tiempo más convulso que el nuestro, con una fractura social e institucional que, en comparación con la de nuestros días, parecería una catástrofe a nuestros ojos. Y fue precisamente en ese contexto en el que realizó, como dice Rivero, “una defensa elocuente, detallada y sostenida de la libertad individual”. En el abismo que había entre los efectos de la Revolución y las tentativas de volver al absolutismo del Antiguo Régimen, Constant hizo una defensa firme del gobierno representativo, la política constitucional y las libertades. Nada puede resultar más actual. Volver a un clásico como Constant de la mano de Ángel Rivero es un placer y una necesidad. Armando Zerolo
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