Alianza Editorial, 371 pp. (2024).
Quizás de forma casual, pero con una inquietud común, Amin Maalouf y Emmanuel Todd nos brindan dos ensayos culminados al tiempo de la invasión rusa de Ucrania, en febrero de 2022. El libro del conocido escritor franco-libanés, autor de Las cruzadas vistas por los árabes – una obra inexcusable para comprender las razones profundas del desencuentro entre el occidente cristiano (¿?) y el oriente musulmán- aparece publicado en Francia en 2023, antes del 7 de octubre de ese año. El de su compatriota se publica en 2024 y contiene un postscriptum en que sí hay una referencia a los hechos desencadenados por Hamás en aquella fatídica fecha. Ambos libros muestran una preocupación común por el enfrentamiento, más que evidente, entre Occidente y el resto del mundo, los dos coinciden en que estamos viviendo momentos peligrosos. Ahí se acaban, sin embargo, las coincidencias. La diagnosis de la desorientación para uno, decadencia de Occidente para otro, y las propuestas de salida – si la hay- del laberinto en el que nos hallamos inmersos, son claramente divergentes cuando no opuestas.
La derrota de Occidente ha merecido desde su publicación aceradas críticas, tanto a la formulación de su contenido, como a su propio autor al que se ha tildado de prorruso y, en consecuencia, antiamericano. El contenido del libro es tan variado como lo es la formación de su autor: antropólogo, historiador, demógrafo… Todas esas disciplinas discurren página tras página para confirmar la tesis principal de que no es Rusia la causante de la guerra frente a Ucrania y que será, además quien la gane, sino que será Estados Unidos quien la pierda por ser un país cuyo nihilismo lo lleva a una violencia desbocada que concluye “hace posible cualquier cosa, absolutamente cualquiera”; por tanto, el respeto al compromiso cede frente a su traición. Tal escenario se extiende, por supuesto, al resto de países occidentales que, para Todd, además, muestran una ceguera suicida ante la diversidad antropológica del mundo. En definitiva, el liderazgo / imperialismo estadounidense ha fracasado. Este análisis podría ser rechazado, pero quien lo hace tiene en su haber ser de los primeros, y con bastante antelación, en profetizar el colapso y derrumbe soviético. Al lector, página tras página, dato tras dato, le irá asaltando una progresiva desazón ante un discurso sombrío pero muy bien hilvanado. Todd reconoce que la sociedad occidental es muy avanzada e incluso culta, pero en ella hay demasiada gente, y muy diversa, que aspira a dirigir y mandar: políticos, artistas, asesores, gestores, analistas… Y como bien escribe, esto no siempre exige aprender cosas intelectualmente complejas – incluso es posible el anti-intelectualismo-, lo cual supone que a la larga el progreso educativo trae el declive educativo ¿Por qué? La respuesta es clara: porque en Occidente han desaparecido los valores que favorecen la educación. Algo habrá de cierto en esa consideración cuando una autora como Wendy Brown, situada en las antípodas ideológicas del francés, pensando con Max Weber, reconoce la importancia del estudio de los valores, de su lucha, para evitar la decadencia a la que nos aboca el nihilismo.
Frente a la sacudida que nos causa el libro de Tood, nada mejor que la lectura del flamante galardonado Premi Internacional Catalunya, también Premio Príncipe de Asturias de las Letras en 2010. El libro de Maalouf, muy bien escrito, con relatos deliciosos y con una excelente traducción, nos interroga sobre el declive de Occidente, representado por Estados Unidos, situándolo, a modo de “vidas paralelas”, frente a otras naciones estandarte con las que ha habido, hay o puede haber conflicto (Japón, Rusia, China). La conclusión es que, si bien existe un declive real, la quiebra es compartida por los demás. Quizás por ello cabe aún la esperanza. Un deseo de futuro que hace residir en toda la humanidad.
Marc Tarrés
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