Ed. Página Indómita, 106 pp. (2018)
En 1969 Raymond Aron dicta una conferencia en los Encuentros internacionales de Ginebra, luego publicada en sus Études Politiques (1972). La traducción de este texto es muy pertinente en este momento, aunque se refiera al mayo de 1968. Aron analiza las demandas de la Nueva izquierda de entonces situándolas en un debate más amplio y, por ello, su lectura no pierde nada de actualidad. La parte primera retoma las consideraciones de su «Ensayo sobre las libertades» sobre la síntesis democrático-liberal como la versión más satisfactoria del ideal liberal. Esto es, la democracia representativa aparece como la garantía política menos mala de las libertades. Aron repasa, desde una visión liberal y reformista (más matizada que la de Scruton en «Pensadores de la Nueva izquierda»), las criticas de la Nueva izquierda a la democracia liberal y distingue aquellas que -entonces- podían asumirse sin desfigurarla (y que de hecho en estos cincuenta años han renovando dicha síntesis democrático-liberal), como la participación de los obreros en la empresa o de los estudiantes en la universidad, de aquellas otras que suponen una utopía basada en el rechazo del principio de autoridad y de la sociedad occidental misma, desde posiciones reaccionarias y de fascinación maoista.
A lo largo de la obra se defiende la vigencia y la legitimidad de principios como el respeto a la ley y las instituciones, el rechazo a la violencia política y la alerta de la asunción de una ideología obligatoria de Estado. Al final nos advierte de que las jerarquías laicas o religiosas traicionan su misión cuando permiten el escarnio de los principios que tienen a su cargo. También de la descomposición difusa del orden liberal ante la ciudadanía, en particular ante una parte de la juventud, que reaccione con violencia y «comprometa ciertos valores precarios e inapreciables, más fáciles de destruir que de reconstruir». Josep Mª Castellà
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