PUF, 228 pp. (2024).
Taguieff lleva tiempo cifrando una advertencia: la supresión del porvenir. Es hora de pensar la “época pos-progresista” y ponerse a salvo de la tentación nihilista, en un momento en que las promesas del progresismo naufragan todos los días. ¿Qué hay al otro lado de las ideologías sin racionalidad? Que se critique las patologías del progresismo no significa que los progresos no existan: las vacunas, la inteligencia artificial, la energía nuclear, el institucionalismo inteligente, pero el Progreso lineal proclamado por la Ilustración algo tuvo que ver con los totalitarismos. Y, paradójicamente, también tiene que ver con los ataques a la idea de Occidente. Ahí van las utopías autodestructivas y el descrédito de los relatos nacionales.
Valentí Puig
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