Tierra baldía
Kaplam, Robert D.
mayo 4, 2025

RBA, 304 pp. (2025).

Con Tierra baldía, el prestigioso periodista y analista geopolítico Robert D. Kaplan vuelve a ofrecernos una obra tan lúcida como inquietante. Combinando el liberalismo clásico, el conservadurismo moderado y un profundo realismo político, Kaplan nos entrega su visión del mundo actual, un mundo convulso, imprevisible y, en muchos aspectos, al borde del abismo.

Este libro, fruto de una vida de viajes, lecturas y análisis, parte de una constatación alarmante: el siglo XXI se perfila como una época de creciente caos. Kaplan señala una serie de factores interrelacionados que explican esta deriva: la decadencia de los antiguos imperios, el impacto de la tecnología que “reduce la geografía”, el legado aún activo del comunismo y, sobre todo, un “declive shakespeariano” del liderazgo político.

Kaplan señala que vivimos en una especie de República de Weimar global: las grandes concentraciones urbanas, la hiperconectividad digital y una opinión pública extremadamente volátil generan un entorno propenso a la inestabilidad política. En este mundo sin centro y sin pausas, la anarquía no produce libertad, sino el riesgo constante de caer en la tiranía. Como él mismo sentencia: “Sin orden no hay libertad”.

Kaplan recurre a T.S. Eliot, Elías Canetti, José Ortega y Gasset y Aleksandr Solzhenitsyn para trazar los rasgos de un mundo dominado por la masa, donde el individuo pierde su responsabilidad moral y se diluye en el griterío de la multitud. Las turbas –digitales o físicas– son, para Kaplan, la gran amenaza del presente. En la derecha, proliferan teorías conspirativas; en la izquierda, la cultura de la cancelación impone un nuevo dogmatismo. En ambas orillas, la responsabilidad individual desaparece, paradójicamente, en una era obsesionada con el “yo” y las identidades.

Ante este panorama desolador, nuestro autor no oculta su pesimismo: el liberalismo está en peligro de extinción. El mayor logro de Occidente fue romper con el colectivismo tribal, otorgando al individuo su autonomía y, con ella, la libertad. Pero hoy ese legado corre serio riesgo de desaparecer, devorado por la polarización, el sentimentalismo político y el culto a la masa. 

Juan Milián

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